jueves, 17 de marzo de 2011

De lo grafico evolutivo y sus posibles aplicaciones





Ps. Sandra Milena Casas Herrera





“Si reflexionamos en que los medios de representación de los sueños, son principalmente imágenes visuales y no palabras, veremos que es mas apropiado comparar los sueños con un sistema de escritura que con un lenguaje” Freud, Sigmund “ El múltiple interés del psicoanálisis”.


Coincido con Marisa Rudolfo, quien en su obra El niño del dibujo (1992), menciona como fuente de su interés en el grafismo infantil, su interés particular por la pintura e interpretación de la obra pictórica. Este no es un interés nuevo pero  creo que en cada caso sigue nutriéndose de elementos personales que llevan tanto a aplicaciones nuevas como  posibilidades de aplicación de las herramientas graficas. El método de lectura no se sostiene por si mismo ya que se da; una relación necesaria mas no determinada por la primacía de lo teórico.  Lo personal y el nivel de manejo sobre las herramientas graficas nutren necesariamente lo que es interpretado. Depende del nivel de elaboración que se de a cada momento de la producción, es decir, descomponiendo en sus mas mínimos elementos los momentos de desciframiento en cada uno de los componentes espectador_objeto representado.

Tal como sucede con la interpretación de la obra literaria a partir del psicoanálisis; tarea iniciado por Freíd, es fundamental reconocer la posibilidad de la  obra misma de generar interrogantes, antes de realizar una interpretación amañada o ceñida a los presupuestos teóricos. Como ejemplo, la interpretación que realiza Freud sobre el cuento de E.T.A. Hoffmann: El hombre de la Arena, es  cuestionada por  Nicholas Rand y Maria Torok. El punto de divergencia de los autores radica en que Freud atribuye una relacion directa entre el miedo de   Nathanael a perder los ojos y el complejo de castración; sin embargo el análisis del cuento conduciría en este caso, para los autores en la necesidad del protagonistas de conocer, de ver o discernir un secreto familiar, por lo que su locura se desprende de esta imposibilidad de saber.

El mismo procedimiento puede aplicarse a la interpretación de lo grafico, campo en el cual Freud también incursiona con  aportes acerca de la obra de pintores como  Da Vinci.  Como sostiene E. Jentsh (1906) en un articulo que lleva por nombre “La psicología de lo siniestro”, citado por Freud.

Uno de los artificio mas infalibles para producir efectos ominosos en el cuento literario consiste en dejar al lector en la incertidumbre sobre si una pintura determinada que tiene ante si en una persona o un autómata y de tal suerte, además, que esa incertidumbre no  ocupe el centro de su atención, pues de lo contrario se vería llevado a indagar y aclarar al instante el problema… Si tal hiciera, desapareciera ese particular efecto sobre el sentimiento. E.T.A Hoffman ha realizado con éxito y repetidas veces esta maniobra psicológica en sus cuentos fantásticos[1].

 Podemos situar esta maniobra psicológica como existente también en la obra pictórica y, volviendo al  apunte de Marisa Rudolfo acerca de la confluencia de “gustos” o aficiones personales en la practica y contratación teórica, encuentro en tres campos de mi personal  interés un aporte a las lecturas que sobre los gráficos producidos por los niños podemos realizar, estos son la arquitectura, la literatura y la pintura. En la practica con niños con discapacidad auditiva, encuentro un campo en el que confluyen elementos de cada una de estas áreas y por si mismas cuestionan y dirigen hacia caminos de la interpretación no necesariamente ceñidos a interpretaciones y generalizaciones dadas con anterioridad. Esto lo expongo porque existen lecturas que se convierten en interpretaciones  estereotipadas acerca de los posibles significados del producto grafico. Un ejemplo (que por supuesto dista en lo evolutivo de los dibujos del niño), lo encontramos en la lectura que hace Freud sobre el cuadro Santa Ana, La Virgen y el niño: “al contemplador le sobrevendrá como un entendimiento súbito: solo Leonardo podia pintarlo… En ese cuadro Leonardo ha plasmado al síntesis de su historia infantil”[2].

 Lo interesante es que solo en este comentario, se vislumbran varias cualidades aplicables unas al observador y otras al artista. El espectador debe vérselas con este sobrevenir y, mas adelante  llega  a un entendimiento súbito; acerca del artista se deben separar la operación de plasmar en si misma y el resultado como síntesis de la historia personal; la operación de plasmar, aunque el mismo Freud la considera como menos tediosa que el arte de esculpir, es un ejercicio que se ve sujeto a una historia en si mismo. La pintura sufre una evolución histórica que no puede obviarse a la hora de mirar el resultado final, como ejemplo, las divergencias existentes entre Realismo y Romanticismo como movimientos pictóricos, denotan una época, unos ideales, una posición del sujeto frente al cuerpo, además de ello también circunscriben la pintura a un sistema económico, una legislación e interpretaciones acerca de lo que debe ser pintado. Cada periodo pictórico se corresponde con una historia no solo personal si no generacional y evolutiva.

En la obra de Van Goh, por ejemplo se observan características temporales que imprimen la  obra de la subjetividad de la época y la enmarcan en el posimpresionismo por su posición en la  historia del arte, lo cual implica una apuesta por el uso del color y los contrastes y también la renuncia de los artistas a pintar las cosas tal cual eran  y aportar impresiones subjetivas acerca del mundo. Es esta una época en la que los artistas deciden representar mas la psicología alrededor de los objetos y personas que su presentación realistas. Este posicionamiento ya otorga unas condiciones de lectura disímiles.

El otro lado de  la ecuación, esta dado por la apropiación de los elementos representativos del movimiento. El aporte de Toulouse-Lautrec, dista del dramatismo vital de Van Goh, mas allá de lo evidente, la utilización del color y el tipo de pinceladas y el contraste son una elección de Van Goh que aporta un elemento nuevo a la interpretación, el cual se suma  a la  historia que se pone allí y su relación con la historia personal. Asi la pintura, como tal también tiene algo de tedioso por si misma, y es que aunque no conlleva el mismo desgaste físico que la escultura, si produce un movimiento subjetivo y cuestionamiento de la sociedad y la época.















Lo anterior sirve para explicar los segmentos en que se puede separar la interpretación de la obra pictórica o de los grafico. La que se produce no es simplemente la relación obra-interpretación, son en realidad mas movimientos con caracteres totalmente distintos de obra en obra y de artista en artista. Por el lado del espectador o quien interpreta operan los tiempos: contemplación y entendimiento, siendo el entendimiento súbito suplantado o precedido por las ideas y teorizaciones de quien ve. En este sentido, la interpretación de los dibujos infantiles debe suponer la síntesis que hace el observador de ese momentáneo rayo de comprensión y de las modificaciones que al mismo dictan las teorías. En p este caso, considero esencial además de poner atención a estos dos movimientos, conservar hasta el final el contenido que aporta lo súbito, mas allá de la interpretación ya que es este sentimiento el que dicta las coordenadas para la lectura subjetiva y no a la inversa.

El artista o, en este caso el niño que produce un grafico, se sitúa en diferentes fases de acuerdo con su historia personal y dentro de la evolución misma de la forma de representación.  En el trabajo con niños (as) sordos encontramos una transformación que se corresponde evolutivamente con los cambios en el psiquismo y al cambio en la relación terapéutica, marcando en este sentido progresiones de sentido que no están sujetas únicamente a la calidad del grafico.

En ausencia del lenguaje hablado y, siendo aun muy precario el escrito; llegar a un sistema en el que la ilación de las ideas se convierta en el alimento fundamental del análisis es una tarea compleja;  mas  si se fragmenta el discurrir de la terapia en periodos o fases claramente diferenciables es posible llegar a determinar los momentos que compones la ecuación simbolo-interpretación.. Utilizando la técnica de Secuencias Pictóricas Asociativas, concebida dentro del trabajo con niños sordos y/o con problemas severos del lenguaje, se hace evidente que estos  atraviesan además del desarrollo de habilidades en lo que tiene que ver con la representación, periodos en los que la represión lleva a elegir ciertas expresiones sobre otras y por momentos en los que la relación terapéutica les permite la ilación de contenidos y la puesta en escena de su historia personal.  Ademas de estos dos momentos, en los que se avanza de una complejidad menor a una mayor y mas cargada de significados, un periodo posterior en el que se inauguran nuevas preguntas con respecto así mismo y el trabajo terapéutico.


Cuadro de texto: 1Cuadro de texto: grafico 1 1Tomemos 5  dibujos, producidos por el mismo niño en etapas diferentes, si hacer por ahora interpretaciones globales sobre  lo que pueden representar:


Cuadro de texto: grafico 1
Cuadro de texto: grafico 2

























Cuadro de texto: grafico  3











Cuadro de texto: grafico  4






Cuadro de texto: grafico  5























En estos gráficos están representados 5 momentos en la expresión del niño, inaugurando cada uno de ellos un momento dado dentro de la relación  transferencial:

El grafico 1, corresponde al inicio del tratamiento, este da cuenta de los dibujos típicos en esta edad, compuestos mayormente por círculos, donde se expresan la concepción del cuerpo, esta representación cambien sintetiza la evolución del grafico de la  figura humana, comprendida entre los 3 años y los 5. He aquí un contenido  histórico que define un periodo de organización sensorial y motriz; este genera representaciones similares en los niños de acuerdo con el nivel de apropiación del espacio y el proceso de internalizacion extrenalizacion objetal. Este condición de universalidad en la aparición de los elementos de la figura humana, también implica las resistencias y la tendencia del niño a responder como cualquier otro ser  humano, a partir de lo ya existente, lo ya dicho y lo ya pintado sin dar muchas señas de la concepción individual acerca del cuerpo.

  Este momento debe superarse; es el mismo niño el que da las luces para recorrer en este sentido: el pinta la cara y la raya (la daña prácticamente), alude a un proceso de pensamiento con el circulo encima de la cabeza y es este el momento en el que decide que no pintara mas.  ¿Qué sucede entre el grafico 1 y el grafico 2?, sucede que es el momento en el que se cambia de tema y se deja planteada pregunta referente a la imagen del cuerpo y su constitución a partir de la interiorización de las cualidades del padre.

El tipo de dibujo al que pertenece el dibujo es lo que puede llamar una representación estereotipa pero circunscrita; estereotipada pues los niños al inicio del trabajo terapéutico intentan representar todas las escenas que ya han visto representadas y aquellas que la vida escolar les enseña a reproducir repetitivamente. Y, es circunscrita porque aquí ya se dilucida la importancia de la relación con el padre, pues a esta imagen se le llama en helicóptero con papa. Lo importante aquí es observar la linealidad en lo grafico, pues los gráficos precedentes tienen una influencia grande en los primeros y, muchas veces los gráficos finales corresponden  a un fragmento del desarrollo de la idea general contenida en un grafico tipito, estereotipa o que se corresponde con la representación realista del objeto, las situaciones y las personas.

Llegar a que el niño inicie una producción  con hilaridad, se obtiene a través de intercalar en la terapia los productos gráficos con los productos del juego. Es aquí donde entra a jugar el papel arquitectónico del juego y no solo el representativo.  El juego además de representación permite que se elabore ampliamente un concepto o situaciones de la vida diaria que nos interesan para conocer la dinámica inconsciente, es un proceso que precede a la síntesis hablada o graficada. La puesta en escena de un evento implica para el niño sintetizar, priorizar y remarcar con gestos y señales aquello que es relevante. Es el niño dentro de un juego dado el que sitúa por decirlo de algún modo las estructuras, los hitos, cúpulas, paredes y sitios prohibidos. Es así como nos acercamos al proceso de dar el sentido y adjudicar cualidades a los seres allí presentes.

La relevancia que se da a cada objeto en el juego es lo que se traduce luego en una producción grafica, al apropiarse paso a paso de un numero mayor de elementos que se asocian con una imagen en acción, en movimiento, el niño no muestra su sistema de clasificación y la temática del drama personal. Acompañado de la acción el niño evoca sensaciones  y momentos que  traerá a lo largo de las sesiones.

En el grafico 3 vemos como el niño utiliza menos elementos representativos, por decirlo de algún modo, menos fotográficos de la realidad. Abandona la necesidad del detalle y el color, esto solo sucede cuando los elementos de la escena a representar están siendo sometidos a sus propias leyes y necesidades emocionales. Aunque es capaz de representar una realidad cargada de mas detalles, pues sabemos que eso puede hacerlo; elige dar un estatus superior a las ideas de quienes  pinta y a la dinámica de las relaciones madre-hijo, madre-padre. Es en este punto en el que el niño esta listo para que se le permita expresar  historias con sus connotaciones afectivas y ubicadas en periodos de especial importancia en su vida. Ya en este momento el niño pide un campo de expresión mas amplio, uno en el que se comprenda no una escena (un dibujo) si no la sucesión de escenas (una serie de dibujos).


El grafico 4 es un segmento de la Secuencia Pictórica Asociativa, en este caso compuesta por 15 cuadros similares a las viñetas utilizadas en los comics. Este procedimiento permite no solo la presentación de escenas (en este caso el nacimiento del niño), también incluye una noción del ritmo, los cortes, los silencios y las relaciones de causalidad del niño. Cada grafico comprende una lectura global como composición pero, en si misma cada escena tiene una relación con la anterior que enmarca silencias, resistencias e ideas fijas. Este acercamiento permite que el niño cuente sin la limitación, del lenguaje fluidamente un contenido. Las secuencias producidas de sesión en sesión también evolucionan como un conjunto y aumentan de complejidad y contenido emocional.

Existe otro proceso importante: los gráficos híncales que el niño produce son una mezcla de figuración realista o ilustración con contenidos emocionales. Así como se ve en el grafico 5, un grafico realizado después de las secuencias que son el núcleo de la  sesión, es un grafico en el que se  desarrollan cualidades representativas, es decir hay un momento en el proceso en el que se observa  mayor facilidad para captar el mundo y representarlo; además se permite una adjudicación de características personales, como el uso del color y el trazo generando un nivel de figuración subjetivo pero artístico por si mismo. Lo que quiero decir, es que así como sucede en la  historia de la pintura, el niño se da permiso de representar de acuerdo con sus ideas y posición en el mundo. Lo que subrayo aquí es la importancia que toma el proceso terapéutico en la producción de elementos que posteriormente permiten una mejor adaptación a la vida escolar, un margen mas amplio de creatividad y un vehiculo para la subjetivación de las ideas y la concepción del mundo. El proceso terapéutico actúa como catalizador para que los procesos de aprestamiento y motricidad lleven a fases más complejas del pensamiento hasta la abstracción en todas las áreas del saber. De lo anterior pienso, se entreve el aporte del psicoanalizas en los casos de fracaso escolar.


Considerando la particularidad de cada caso se dilucidad mas que un método interpretativo una forma de análisis-investigación que permite delinear la historia de las creaciones individuales. El dibujo no debe desvalorizarse por una apuesta por la palabra, al contrario, los  dibujos llevan a una cadena de significantes y, es la tarea del terapeuta tejer los elementos para que la cadena se manifieste en diversos momentos del análisis.

La experiencia de trabajo con estos niños (uno en el que la palabra hablada no existió en todo el proceso terapéutico), termina por dar elementos para el análisis longitudinal y trasversal de los productos de la terapia. Acogerse a un método de lectura diseccionado únicamente por los postulados teóricos implica perder un sector enorme de información y, en muchos casos a inducir preguntas y problemáticas que no son el tema central para el niño.

Menciono lo anterior dado que en el momento de remisión del niño, se suele asumir que la falta de audición y las dificultades para comunicarse con los demás hacen parte necesariamente del malestar del niño y, que es allí donde debe profundizar el terapeuta. La realidad es otra porque el  niño tiene el mismo tipo de preguntas que otros niños de su edad y en muchos casos no manifiesta malestar relacionado con la discapacidad. Lo que si es reiterativo en el niño es la validación por parte del otro de su sistema de comunicación, lo que ocurre en muchos casos es un malestar por la imposibilidad de comunicar ciertos afectos y, a esto se sigue el darse cuenta del condicionante fisiológico.   Si se logra habilitar el canal de lo grafico como metido de comunicaron de lo afectivo se logra la separación de las tareas vinculadas al mundo escolar de los sentimientos de malestar que se originan con respecto a su historia y las relaciones en la familia. Las vias que escoge cada niño para representar son fruto de un proceso evolutivo no exento de los avatares de su ubicación en la historia.





























[1] “Lo ominoso” (1919), en Obras Completas, t. xvii, p 224.
[2] FREUD, Sigmund. Un Recuerdo Infantil de Leonardo da Vinci. Obras Completas: Madrid Biblioteca  Nueva. T. 5 p 1577-1738

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